De cajón, fotos encontradas

Fotos que estaban en los cajones salen a la luz

Muestra. Une obras profesionales con otras que no lo son

JORGE ABBONDANZA

Hasta el viernes 24 puede verse en el Espacio Cultural de México (25 de Mayo 514) una original muestra de fotógrafos uruguayos. Las visitas pueden hacerse de lunes a viernes entre las 10 y las 18 horas.

Alojado en un robusto caserón de la Ciudad Vieja, el Espacio Cultural de México es el otro ámbito -junto con el Centro Cultural de España- que demuestra el interés de un país extranjero por divulgar las artes plásticas en el medio montevideano, enriqueciendo de paso el casco histórico de la ciudad.

A diferencia del precario sitio que el Instituto Goethe dedica a sus exposiciones temporarias, tanto el enorme Centro Cultural de España como el envolvente Espacio mexicano, han tomado en serio su sector de lenguajes visuales y dignifican así un circuito donde los organismos extranjeros establecidos en Montevideo no siempre perseveran en sus vínculos con la actividad artística. La Alianza Francesa mantiene la regularidad de sus muestras en un local de escaso acceso público; la Alianza Uruguay-Estados Unidos ha interrumpido la actividad tan estimable que tuvo en la materia y el ritmo de las exposiciones en el Instituto Italiano se ha desmayado por completo desde hace años, mientras los dos vecinos del Uruguay (Argentina y Brasil) no se sienten obligados a mantener espacios de difusión y de intercambio en el campo de las artes, demostrando la engañosa ventaja de una proximidad geográfica, el valor meramente retórico de una común herencia histórica y la inutilidad absoluta del Mercosur en estas áreas de conocimiento y de integración cultural.

En estos días, el Espacio Cultural de México ofrece en su planta baja de la calle 25 de Mayo 514 -vieja mole de paredes peladas y gran seducción ambiental- una muestra colectiva de diez fotógrafos uruguayos que se titula "De cajón, fotos encontradas", un nombre que constituye su primer encanto. Porque no se trata de trabajos producidos especialmente para exponer, sino de obras que habían quedado guardadas o quizás olvidadas, y que cada artista ha buscado ahora para integrar este encuentro dedicado a rescatar las imágenes que valía la pena sacar del cajón.

La otra singularidad de la muestra es que no todos los participantes son notorios por su dedicación fotográfica, sino por su prestigio en otros terrenos (Fernando Condon en la música, Víctor Cunha en la poesía, Martín Mendizábal en la pintura), frente a lo cual su vínculo con las fotos surge como un "violon d`Ingres" que conviene tomar en cuenta, porque es el desahogo complementario de un talento.

Otros participantes, como Diana Mines, han sido durante años maestros y críticos en su oficio, o han tenido una trayectoria de largo interés como Álvaro Zinno, y por fin otros han figurado como reporteros gráficos, que es el caso destacado de Magdalena Gutiérrez y el de Álvaro Percovich. El conjunto de obras tiene un nivel muy atrayente, incorpora asimismo aportes de Matilde Campodónico, Francisco Landro y Marcel Loustau, y se abre como un abanico de las sensibilidades locales frente al desafío de la imagen y a su valor documental. Vaya a verlo.

El País Digital