jueves, 23 de febrero de 2012

Made in Japan


En Uruguay, al igual que en tantos países, las referencias fotográficas provienen sobre todo de Europa y Estados Unidos. Si pedimos a un fotógrafo uruguayo que nombre veinte autores que conoce y admira es improbable que en la lista aparezca un japonés. (De paso: es paradójico que utilicemos mayoritariamente equipos y materiales provenientes de aquel país y que sigamos con avidez las novedades de su industria, al mismo tiempo que desconocemos casi todo de su fotografía.)

Quizás el más conocido de sus autores sea, entre nosotros, Nobuyoshy Araki, difundido fuera de Japón por la editorial Taschen y conocido por el erotismo de sus fotografías. Si investigamos apenas un poco pronto aparecerán los nombres de Daido Moriyama y Tomatsu Shomei (*), dos autores importantes muy conocidos fuera de su país. Pero si nos empeñamos un poco más lo que se abre es un universo desconocido para la mayoría de nosotros por razones que remiten a la trama de las influencias culturales. Debemos a Internet la posibilidad de perforar las capas de la tradición y mirar en otras direcciones, aunque la lengua, en este caso, permanece como una barrera importante.

Entre las puertas de entrada a la fotografía japonesa disponibles en inglés puede citarse el libro Japanese photobooks of the 1960s and ’70s, de Ryuchi Kaneko e Ivan Vartanian, Aperture, 2009. Un libro sobre libros donde se reseña, con abundantes ilustraciones, cerca de cuarenta títulos publicados en esos años. Ryuchi Kaneko es un budista aficionado a la fotografía devenido editor, curador y coleccionista de photobooks, sobre los cuales se lo considera un experto. La descripicón de cada uno de los libros es precisa y se ilustra con numerosas imágenes. Los comentarios sitúan cada una de las obras en su contexto y en la historia de su autor. Señalan su singularidad y la novedad que representaron en el momento de su aparición. Lo que emerge es un panorama vasto de la fotografía japonesa de aquellas décadas donde se destaca la reorientación subjetiva de la foto documental, la experimentación estética en la toma de fotos y en el diseño de los libros, la agitación política y las miradas novedosas sobre la sexualidad y la vida privada, entre otros.

Por encima de todo, lo que la investigación de Kaneko y Vartanian homenajea es la producción de libros de fotografía, una pasión contagiosa en la que confluyen fotógrafos, editores y diseñadores y que, a juzgar por esta obra, tiene en Japón una tradición extraordinaria.

(*) Ver post anterior

2 comentarios:

christian dijo...

Ricardo: Esta buenísimo tu post. Hay un libro escrito por Martin Par y Gerry Badger titulado THE PHOTOBOOK A History vol. 1 y vol.2 que se encuentras muchisimas referencias al photobook japonés. Donde se encuentras puestas en paginas realmente excelentes con 40 o 50 años pero de lo más modernas y contemporáneas. Recientemente salió un compendio de la historia foto libro latinoamericano.
Creo que lo que comentas en cuanto a que no se conoce la autoria de muchos fotógrafos fuera del ámbito estadounidense o europeo es debido a la gran monopolización que ellos tienen. Debido entre otras cosas al poder economico, ellos son los que validan una obra y quienes dicen como y que fotografiar. Por suerte esta hegemonía poco a poco comienza a desvanecerse. Recientemente en una entrevista de Alec Soth decía que cuando el estudiaba fotografía solo se les presentaban fotógrafos de su país y algunos pocos franceses. En los festivales de fotografía que he estado casi se desconoce todo lo que se hace fuera de Europa y estados unidos, salvo que el festival se dedique a un país latinoamericano como sucedió el año pasado en Arles.
Actualmente en España hay una especie de boom con respecto al fotolibro, ademas con las imprentas digitales se pueden producir tiradas de 100 ejemplares. Desde luego hay de todo pero algunas propuestas de libros son muy interesantes. Personalmente creo que la mejor manera de mostrar un proyecto es a través de un libro. Es lo que perdura en el tiempo.

Un abrazo grande

ricardo antunez dijo...

Hola Christian, gracias por los datos. No conocía esos libros. // Abrazo