miércoles, 8 de abril de 2009

Adiós al fotógrafo

Por Santiago Legarre, La Nación


Ya no grita el fotógrafo familiar pidiéndoles a los suyos que digan "whisky" o "cheese". El fotógrafo ha muerto. Lo mataron las cámaras digitales, los celulares y la banalidad de quienes en lugar de disfrutar el presente prefieren retratarlo rápido para poder verlo al día siguiente en Facebook.

Un amigo observador me explica que hoy la gente no va a los recitales a ver y escuchar a los músicos, sino a verse a sí misma. Fanáticos y aficionados se dedican a filmar y sacar fotos con sus celulares y cámaras último modelo, para luego subir todo a su espacio virtual (My Space). Y acaso sólo entonces hagan lo que no hicieron la noche anterior: escuchar a los músicos.

Otro ejemplo: la naturaleza. ¿Para qué comprar postales si puedo producirlas yo mismo? ¿Para qué mirar el paisaje ahora si puedo congelarlo con el teleobjetivo? Preguntas que alguna vez fueron un sinsentido ?excepto para los fotógrafos profesionales? se han convertido en interrogantes retóricos, que dejan en ridículo a quien se pregunte lo contrario: ¿para qué filmar el paisaje si puedo entregarme a esta experiencia única, y puedo comprar después una postal para recordarla?

Y otro: las fiestas de familia. Antes se contrataba a un fotógrafo, o había una tía fotógrafa, y punto. Y el punto permitía disfrutar de la fiesta: el casamiento, la comunión, los quince; la abuela, los primos hermanos, los primos segundos, los sándwiches de miga, las papas fritas, la gaseosa. Y, como telón de fondo, los flashes esporádicos, y cada tanto, acomodarse para una foto, a pedido de mamá.

Ya no más. Ya no: aquella forma de disfrutar se acabó, para chicos y grandes. Hoy, más que posar para una foto hay que pensar si existe algún momento de la fiesta en el que alguien no nos enfoque con una cámara. El problema ya no consiste en esquivar un pedido de foto, sino en encontrar a una persona que no esté sacando fotos para, entonces, sacarle una foto a ella?

¿Y la fiesta en sí? No hay drama: la fiesta se puede ver al día siguiente en el monitor de mi vida online, aislada, pues las fotos y los videos ya habrán sido subidos esa noche a alguno de los mil álbumes virtuales. Albumes que después no tenemos tiempo de visitar. Si lo hacemos, nos parece que las diapositivas avanzan demasiado lentamente, y aceleramos el timer.

No hace falta traducir ni explicar: ¿quién no lo ha hecho alguna vez? ¡Hay tanto material para ver que resulta imposible verlo todo!

Este es el nuevo credo fotográfico: no mirarás la cara de tu hijo cuando le entregan el diploma, no contemplarás la sonrisa de tu hermana, que lleva la bandera; no sonreirás tiernamente al ver las lágrimas de emoción que bajan por la mejilla de tu mujer cuando le dicen que la eligieron mejor compañera de la empresa. Porque no las verás, esas lágrimas. Porque estarás filmando.

13 comentarios:

Un tal Iván dijo...

Me resulta interesante lo que plantea esta nota, aunque no me parece tan triste que se terminen los fotógrafos (afirmación con la cual, por otra parte, no estoy de acuerdo), es todo caso ahora todos somos fotógrafos.
Lo que si me parece muy triste es que nos perdamos de vivir la vida "en vivo", que la dejemos pasar a nuestro lado preocupados por obtener un video o una infinidad de fotos para después "vivirla" frente a una pantalla. A mi me encanta hacer fotos, es una pasión, pero no todos mis mejores recuerdos son fotos, muchos son sólo recuerdos. Mientras fotografío no puedo disfrutar a pleno lo que pasa delante de la cámara, estoy concentrado en el encuadre, o en el momento o en cuestiones técnicas, por eso prefiero ir a recitales como espectador, sin cámara. Lo mismo pasa en los eventos familiares o sociales con amigos (los fotógrafos en general no llevamos el equipo a los asados, cumpleaños, etc. y nos dan palo por eso)
A lo que voy, por ejemplo: hace tres años fui a cubrir el festival de jazz de Punta del Este en el tambo El Sosiego-Lapataia, luego de tomar un montón de fotos me retiré un poco y me acosté en el pasto a mirar las estrellas y disfrutar esa música exquisita. Bien, el recuerdo mas lindo que tengo no es ninguna de las cientos de fotos que tomé. Es es ese momento.
En síntesis: creo que está bueno hacer fotos y videos, pero no nos olvidemos de VIVIR los momentos importantes de cada uno.

Un tal Iván dijo...

Una aclaración: yo también he caído en lo que ahora critico.

Santiago Barreiro dijo...

Muy bueno Ivan.

Lo que plantea la nota y confirmas tu es mal de muchos (fotografos mas aun) y personalmente lo siento muy amenudo.
No se si es la parte que menos disfruto del acto de fotografiar pero asi como me adjudico ese responsable rol de vida (contar graficamente) tambien intento vivirla y de vez en vez dejar la camara a un lado y que la vida me encuadre, me enfoque, me mida y me plasme viviendola.
A veces hace bien.

saludos !

Matilde dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Matilde dijo...

ván, son las cinco de la mañana y ya no sé ni qué pienso. Pero escribo ahora porque después no hay tiempo.

Veo que hay varios temas mezclados en "Adiós al fotógrafo" y nada tienen que ver entre ellos.

En primera instancia el tipo lamenta la pérdida del fotógrafo como productor responsable de fotos. Y tu dices bien: ahora todos podemos sacar fotos. Lo que no necesariamente implica que todos seamos fotógrafos!. A veces uso la siguiente comparación: cuando se universalizó la lectura y la escritura, ¿todos nos volvimos escritores?.

En segundo lugar se queja de que la gente saque fotos sin ton ni son. Ahí lo acompaño. Aunque tengo la esperanza de que sea la novelería. Se hartarán digo yo: suelen ser fotos y videos bastante aburridos.

En tercer lugar hay un tema afectivo: dice que las personas se pierden de disfrutar esos momentos porque están sacando fotos. Ahí discrepo. Habrá gente que se pierda de disfrutar los momentos por sacar fotos. Hay momentos para sacar fotos y hay momentos para mirar las estrellas. Y me gusta la idea de que existan esos dos momentos. Pero es cierto que, dado que somos fotógrafos, a veces uno quiere retratar para los demás algo. Y retratarlo participando sentimentalmente del asunto. ¿O vos nunca te emocionás sacando fotos?.

Mi principal razón para sacar fotos es retratar a mis seres queridos. Tiraría todas las fotos de Chávez, de palos, de Forlanes metiendo goles. No las lloraría un instante si murieran en un error informático. Pero lamento momentos de mi vida familiar en los que no saqué la cámara. Porque pienso que hay cosas que le gustaría ver a Irene y pavadas así. Soy documentalista en ese sentido . Me he tomado el trabajo de retratar a mis seres queridos con ahínco y todo el resto de mis actividades son una excusa para ese fin. Me emociona mucho estar ahí sacando fotos. Ambas cosas al mismo tiempo: fotografiar y emocionarse.

Y en cuarto lugar el hombre se queja del mundo online. Y pienso que alcanza con no mirarlo, no?. La gente hace muchas cosas que no hay por qué compartir. Por ejemplo algunos miran la tele. A mi me parece aburridísimo. Si tuviera que sugerirles les diría que fueran a escuchar música en Lapataia mirando las estrellas. Pero capaz que la pasan bomba mirando el 4 en vez de ir a tomar mate a la rambla. Hay gente para todo. Lo interesante reside en saber qué de todo el menú que el mundo nos ofrece nos gusta, nos hace más lindos. Y estar cerca de esos deseos.
Eso. Estar cerca de nuestros deseos.

Siempre quise ser la tía fotógrafa.

Matilde dijo...

Y ahora un tema en las antípodas pero que me aparece cuando pienso en la producción fotográfica excesiva. En millones de disparos inútiles: los que me parecen más extraños de todos son esos fotógrafos que sacan fotos de cosas que nada tienen que ver con la vida como si se les fuera la vida. Esos si que son raros. Y está lleno. Lo más curioso es que se arraciman. Es raro poner tanto entusiasmo en una foto que va a ser igual o casi igual a otras 40. Es un asunto interesante para estudiar. ¿Por qué los fotógrafos gustan tanto de tener todos la misma foto? ¿Por qué sienten la premura de sacar fotos únicamente cuando otros fotógrafos sacan fotos? Eso siempre me pareció un misterio. Pareciera que los eventos que merecen ser fotografiados son los mismos para todos. Como si todos fueran la misma persona: el fotógrafo universal. Finalmente el hombre ese que en el texto saca la foto de su compañera me parece bastante venerable. Al menos escogía sus sujetos!

christian dijo...

Interesante es la reflexión que plantea Matilde. Hasta ahora nunca me había planteado reflexionar sobre el hecho mismo de la toma. de hecho de pensar que quiero fotografiar antes de hacerlo.
Desde que estoy aquí y tengo tiempo para estudiar, ver, pensar y reflexionar sobre lo que hago se ha ampliado mi perspectiva en cuanto a la fotografía.
En estos momentos estoy haciendo un trabajo con cámara de placa de 13x18, para cada persona retratada solo puedo sacar dos fotos ( la segunda es simplemente por si el laboratorista al revelarla raya la placa)
Nunca había estado pensando y armando una toma 1 hora y media, antes de disparar.
Si bien esto es un ejercicio y no pienso seguir con esta técnica fotográfica me a ayudado muchísimo.
En mi generación y las menores a la mía, que hemos pasado mas tiempo tomando fotos en formato digital una se envicia a sacar mucho y después elige la mejor.
En cuanto a que todos hacemos las mismas fotos eso depende mucho para el medio o la agencia que trabajemos. O mejor dicho lo que dicta el mercado que se va a publicar. En este caso se tendrías que diferenciar dos tipos de fotografías aquellas destinadas a "vender" un hecho noticioso y un reportaje que busca trasmitir una idea, en donde detrás hay una investigación y estudio del tema. Donde el fotoperiodista se empapo del tema.
Para la prensa diaria hay que trabajar como el medio te lo pida, o el mercado lo demande. Por que en definitiva nadie vive solo de sus proyectos personales. Hasta salgado hace cosas para ganar dinero como fotografía publicitaria. Y muchos de los grandes fotoperiodistas. En la pagina de la agencia VII hay un apartado de advertising (http://www.viiphoto.com/corporateAd.php) , si bien son imágenes documentales con un un aire mas "comercial"
Yo creo que los dos tipos de fotografía son igual de validas y cada una cumple un rol determinado.

Matilde dijo...

Christian,
qué bueno verte aquí.
Hay una parte que tal vez no está del todo clara en mi planteo o que tal vez no te la has planteado todavía. Cómo construye uno su vida y dentro de esa vida su vida laboral. Soy una persona de clase media. No salgo de allá abajo pero tampoco hubo en mi vida mucho más que lo que el sueldo de un docente y de una empleada administrativa podían pagar. Es decir, la media en este país. Mis padres dedicaron su vida al arte pero no era ese el origen de sus ingresos.

Ahora bien, tu decís que el cómo trabajás depende de lo que demande el mercado. Creo que el cómo uno trabaja no es algo que dicten los medios sino un complejo de normas de comportamiento e intereses que uno va generando al mismo tiempo que trabaja. El cómo se trabaja me parece que es algo que debe ir con uno y en todo caso, no elegiría determinados medios para trabajar independientemente de la remuneración que esos medios ofrecieran si tuvieran actitudes reñidas con lo que considero la ética de todo periodista.

Y aquí viene algo que es un poco filosófico: siento que mi vida es un continuo. O trato de que lo sea. Intento comportarme con los mismos códigos en todo momento. Soy siempre la misma persona. Y el intento de que sea un continuo me lleva a dos lugares interesantes. O bien considero que mi vida es mi vida y que no hay un área que yo diga que es "trabajo" y otra que llame "esparcimiento" o bien considero que toda mi vida es trabajo. Es un trabajo que hago con enorme felicidad y con el mismo grado de entrega ser madre que sacar fotos al Miguelete contaminado. Entonces considero un trabajo bañar a Irene como también es un trabajo el partido de la selección. Otra forma de verlo es considerar que nada es un trabajo. Y entonces todo es lo que quiero hacer. Por eso usaba la frase "estar cerca de nuestros deseos". Yo vivo de sacar fotos. Y saco fotos de todo tipo. También publicitarias. Pero hay cosas que no haría porque no están de acuerdo a la forma en que concibo mi vida. No haría publicidad de cigarrillos porque no me gusta ayudar causas malas. No me gusta el amarillismo y no lo practico. Y si alguna vez alguien me dijo "sacá esa foto" y a mi me pareció que no correspondía, dije con mucha amabilidad "envíen un fotógrafo".

Pero mi comentario no iba para ese lado. Aproveché la volada. Mi comentario tenía el fin de abrir los ojos sobre la euforia en la que caen los fotógrafos cuando están juntos. Es una suerte de escalada de disparos! Como una suerte de guerra en la que nada parece suficiente. Y lo digo porque he participado. El que esté libre de pecado....

No digo que no hagamos la misma foto si esa es la foto. Digo que pensemos si realmente tiene sentido esa foto. Si no es que somos inseguros y como el resto dispara y no tenemos idea de por qué lo hace, disparamos para creer que así tenemos todo. Era en ese sentido que lo decía.

Espero que te esté saliendo todo precioso. Aquí se extrañan tus fotos.

christian dijo...

Mati: Gracias por las aclaraciones. Entiendo perfectamente lo que dices. Como un fotógrafo que esta tratando de aprender aveces este pensamiento que decís no lo tuve tan claro. Ese fervor e estar metido en la noticia, de resolver el problema en el menor tiempo posible nos lleva a resolverlo de la manera mas "común".
Lo que vos planteas es muy profundo, y se necesita de una reflexión personal para llegar a eso.
Siempre pensaba si me pagan por la foto hago lo que me pidan. Hoy en día esto ha cambiado y creo como vos que hay cosas que no haría.
En este momento es muy difícil, en particular con la crisis económica a al que estamos viviendo, y negarse a hacer algo puede significar perder el trabajo.
Para llegar a ese pensamiento se requiere cierta madurez y reflexión interna. Creo estar encontrando ese camino.
Gracias por tus aportes que para mi son tan valiosos, ojalá sean más seguidos.

saludos desde la madre patria en crisis!!!

J a v i e r C a l v e l o dijo...

me gusta pensar que se hacen más fotos porque se valora más el instante teniendo la suficiente humildad para maravillarse con las cosas comunes y querer conservar algo de ellas pensando en la evocación. personalmente no visualizo que desaparecerán los fotógrafos...así como no desaparecieron los pintores...reorientaremos nuestro trabajo.
ahora, pienso que siempre nuestra foto más linda, más recordada será la que nos provoca esa emoción del momento vivido al hacerla.
no suelo hacer muchas fotos ni en las notas, ni en la familia aunque mi hijito recién cumplió los dos años; he notado que le he hecho las fotos justas...las que pude, las que me dejo sin poner los dedos en el lente, las que sentí en ese momento.
comparto la afición de la foto familiar..lo tomo como la construcción familiar de nuestra historia juntos.
a mí me gusta ver a la gente hacer fotos es mas lo disfruto
siento algo en común, y me gusta lo natural del asunto, no todos disfrutan como el autor del artículo (que me parece un poco gruñón y amargado) quizá si sea una explosión en estos tiempos pero
! Que linda costumbre!!

Gracias a todos por compartir

sarto dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
sarto dijo...

Iván, tal parece que gracias a la revolución digital todos nos convertimos en japoneses. Es cierto que las nuevas formas de hacer fotografía no sólo la han popularizado sino que también la frivolizaron. Entre miles de fotos fatuas es difícil no cansarse antes de descubrir la foto perenne, aquella que se sostendrá en el tiempo. Y cuando estamos frente a un hecho fotografiable, personal o de interés colectivo los profesionales (y por supuesto los amateurs)nos tentamos con éste maravilloso invento que no nos cuesta $200 cada 36 disparos, y sacamos en ráfaga seis fotos iguales que sólo llenan nuestros discos, complicándonos la edición con tandas de dos, tres o cuatro tomas gemelas. Sí, es cierto, al sacar podemos ponernos a editar en la cámara (maravillla de maravillas) pero en situaciones informativas donde suceden cosas continuamente he visto, en momentos en que está sucediendo lo único importante del evento a buenos reporteros gráficos mirando la pantallita a ver como salió la última foto o editando en el lugar. Ultimamente, ya sea trabajando o haciendo tomas para proyectos personales, me he impuesto no mirar lo que voy sacando, porque la realidad se desarrolla frente a mi y no en las tres pulgadas de la pantalla de mi cámara. Y pongo la cámara en disparo simple.
En realidad el viaje que hice respecto a la fotografía fue que durante muchos años vivía con la cámara en la mano. Un japonés del Buceo. Con el pretexto de dar testimonio me olvidaba de ser testigo. Y la herramienta pasaba a ser el filtro perfecto entre la realidad y mi realidad. Luego progresivamente entendí que la fotografía me había enseñado (y lo hace todos los días)a mirar mi entorno con una percepción diferente al del resto de la gente. Entonces bajé la cámara.

Un abrazo enorme
¡Qué buena herramienta! El blog y mi cámara.

Rodolfo Fuentes dijo...

Decía Jacques-Henri Lartigue "cuando empecé a hacer fotografías, tenía una cámara con film-pack, que me permitía hacer 6 fotos sin cargar. Eso me enseñó a que por lo menos una tenía que ser buena, y en lo posible, todas"