lunes, 7 de abril de 2008

Antiguo laboratorio

Gente:
Rodolfo Musitelli acaba de pasar esta noticia.
Abrazos / dc
PD : Y yo que me siento viejo por no usar mi laboratorio desde el siglo pasado...


Se acaba de descubrir cerca de Chalon-sur-Saone en Francia el laboratorio de uno de los primeros fotógrafos del mundo. El laboratorio estaba intacto tal cual lo había dejado su dueño, el daguerrotipista Fortuné Joseph Petiot-Grefier poco antes de su temprana muerte en 1855 probablemente causada por su persistente exposición a los venenosos vapores de mercurio.
Este es el laboratorio más antiguo conocido hasta el momento (gracias a los recibos allí encontrados, los químicos han sido fechados en la temprana fecha de 1840-41). Hasta ahora sólo se conservaban de la etapa de los pioneros de la fotografía (Niepce, Daguerre, Talboy o Bayard) algunas cámaras de gran formato y unos pocos accesorios de sus equipos. Gracias a este increíble hallazgo hoy podemos conocer todos los químicos y utensilios de época utilizados en el cuarto oscuro para preparar las placas fotográficas y revelar las imágenes así como también los más de 400 libros consultados por el fotógrafo y las antiguas cámaras de gran formato, placas sin emulsionar y múltiples imágenes tomadas por el mismo Petiot Grefier. El laboratorio, que estaba ubicado en la mansión familiar del daguerrotipista, había permanecido cerrado con llave por más de 152 años por elección de sus descendientes, hasta que hace dos años, el ultimo de sus herederos decidió abrir ese cuarto olvidado por años en el segundo piso de la residencia y se encontró con el fantástico hallazgo. Fue entonces que se contactó con Pierre-Yves Mahé, fundador de la Maison Nicéphore Niépce en Saint-Loup de Varennes. Mahé se dirigió a la antigua casa de Petiot Grefier sin imaginar el sorprendente descubrimiento que le esperaba. "No le dí demasiada importancia al llamado en un principio", admite Mahé que ya se había topado antes con otras promesas de grandes hallazgos que habían resultado finalmente banales. Sin embargo, cuando finalmente la famosa puerta se abrió ante sus ojos, fue como viajar instantáneamente al pasado. "No sabía donde mirar", confía Mahé.
"Había cientos de botellas de químicos, muchas de ellas aún llenas, cientos de obras, objetos por todos lados, la mayoría de ellos utilizados para la creación de imágenes en los
dos primeros procesos fotográficos: el daguerrotipo y el colodión". Una vez pasado el shock, los responsables de la Maison Nicéphore Niépce realizaron un inventario completo de este tesoro, que aún no ha terminado de revelar todos sus secretos. "Todavía tenemos meses de estudio por delante", estimó Mahé.

1 comentario:

ricardo antunez dijo...

Increíble noticia. Gracias a ese prestigioso colaborador que tenemos!

Pero cero nostalgia del laboratorio ¿no?. Veo esas botellitas y no las quiero ni de adorno.